Dos cosas que me preocupan especialmente durante los bolos y que son fácilmente evitables si todos ponemos un poco de nuestra parte.
Por un lado y en lo referente a los músicos, deberíamos tener más cuidado con las pilas. Actualmente desconozco exactamente cómo funciona el tema, pero sé que hace años una sola pila podía contaminar tropecientos litros de agua.
Aunque las actuales hayan mejorado este "pequeño" defecto de nuestras amigas energéticas, utilizando otro tipo de elementos como el Litio, seguro que aún constituyen una grave causa de contaminación de las fuentes de agua si las vamos tirando por ahí una vez han agotado su vida útil.
Mi consejo es que os paséis a las recargables, porque aunque en un principio pueden pareceros caras, muy pronto recuperas la inversión con creces, con el añadido de que así evitas los residuos contaminantes que conlleva el abandono de pilas agotadas. Te aguantarán tranquilamente un pase de dos horas y media. Mientras tanto, puedes tener otro par cargándose e irlas sustituyendo a cada pase. Yo tengo pilas recargables que llevan conmigo cuatro años y continúan operativas y sin darme ni un solo problema.
Por otro lado, y ahora referido a los asistentes a las actuaciones, debería evitarse llevar a niños a los conciertos sin protecciones auditivas. La inmensa mayoría de los que nos dedicamos a este trabajo tenemos diferentes grados de pérdida de la audición en alguno de nuestros oídos o incluso en los dos. Lo llevamos como podemos e intentamos que la cosa no vaya a más, pero no siempre lo tenemos fácil.
En mi caso particular, siendo cantante y además bastante neuras, necesito cantar a gusto para no lastimarme la garganta forzando más de la cuenta. A veces, por múltiples motivos, no consigues tener un buen sonido de referencia por monitores o en los "in ears". Entonces tiendes a subir el volumen y acabas con pitidos impertinentes en los oídos, que con el tiempo llegan a hacerse crónicos. Además, muchos tan sólo llevamos colocado uno de los pinganillos, porque consideramos que cantar con los dos te aisla demasiado de la actuación. Y pasarte 5 horas con esa sensación... pues como que no. Os había dicho ya que soy un neuras ??? XDDD
Todos los oficios tienen sus peligros y éste es uno al que los que nos dedicamos a esto estamos muy expuestos. Pero es nuestro trabajo y lo sobrellevamos lo mejor que podemos. Pero no tienen por qué sufrirlo niños pequeños que asisten a los bolos de la mano de sus padres o incluso bebés. Además de que ellos, a esas edades tienen los oídos mucho más sensibles y es mucho más fácil lastimarles. O sea que padres del mundo, recordad: siempre que llevéis a vuestros hijos a ver un concierto, hacedlo con las adecuadas protecciones auditivas para ellos, aunque protesten o os monten una bronca por ello. Es mejor esforzarse un poco que tener que llevar a tus hijos al médico porque les cuesta entenderte al hablar.
Por no hablar ya de la gente que lleva perros a los bolos, unos animales con un oído mucho más desarrollado que el nuestro y a los que los ruidos fuertes les afectan de manera terrible.
De verdad os lo digo: un concierto de 20.000 watios no es lugar para un perro. Si realmente queréis a vuestra mascota no le expondréis a esos volúmenes que son una auténtica animalada para ellos, si se me permite el juego de palabras.
Nada más por ahora: a disfrutar de las actuaciones en directo, pero siempre con seguridad e intentando dejarlo todo mejor que cuando hemos llegado :-)
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