Pues parece ser que este verano en cada concierto habrá 4 o 5 gañanes y no nos quedará más remedio que lidiar con ellos, amig@s músicos. La otra noche durante un bolo un tío me puso el puño levantado delante para que chocara el mío con el suyo, a modo de saludo. Pero no: resulta que el muy simpaticote lo apartó cuando acerqué el mío para jactarse con sus coleguillas de que le había vacilado al cantante.
No es que sea un tipo rencoroso -más bien soy un sol, aunque a veces algo nublado-, pero a mi pequeño corazoncito aquello le sentó como un mazazo. Los que nos dejamos el alma en el escenario a cada bolo, como mínimo esperamos un poco de respeto y las mínimas sodomizaciones posibles durante nuestras actuaciones.
Debido a que trabajando no podemos utilizar la violencia -una verdadera lástima XDDD-, opté por la inteligencia: esperé el momento oportuno, agazapado cual leona, hasta que le vi corear su tema preferido. Entonces me lancé al ataque: le acerqué el micro -sin soltarlo del todo, claro-, que el cogió babeante y de forma poco educada, como buen gañán que era. Y estuvo gritando como un poseso extasiado durante unos largos segundos... hasta que la risa de sus colegas le devolvió a la cruel realidad. Y es que yo le había puesto el micro al revés y él estaba mostrando al mundo que su nivel intelectual y etílico eran dos magnitudes inversamente proporcionales. Después de un par de temas más, el lumbreras había desaparecido de las primeras filas y posiblemente del concierto. Una vez consumada mi venganza, mi corazoncito me miro con ojos brillantes de manga japonés y me dijo que me amaba. Y es que no debemos dejar pasar las afrentas, compañer@s, porque si no la que se resiente para siempre es nuestra autoestima, un bien muy preciado y, en mi caso, muy necesario para dar lo mejor de mí en los bolos.
Esa noche tuvimos algún que otro problemilla más, pero creo que supimos llevarlo de forma profesional y educada. Y es que por muy genial y encantador que sea cualquier público que tengamos delante -y el de esa noche lo era sin duda-, siempre hay un diminuto porcentaje que no sabe beber y divertirse sin fastidiar. Así que a partir de ahora tendremos que asumirlo y combatirlo con "savoir-faire" y buen rollo.
Que tengáis un buen verano y disfrutéis de la música en directo, amig@s, tanto si sois vosotr@s l@s que la generáis, como si estáis delante del escenario dándolo todo al igual que nosotr@s ;-)
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