miércoles, 15 de mayo de 2019

EL PINGANILLO: ESE GRAN DESCONOCIDO

La gente que nos ganamos la vida con oficios digamos "raritos", tendemos a dar por sabidas ciertas cosas que, aunque para nosotros sean nuestras herramientas de trabajo diarias y estemos convencidos de  que todo el mundo sabe su utilidad, un día cualquiera, más tarde o más temprano, la inapelable realidad nos escupe en la cara que el resto del mundo no tiene por qué cojones saber qué demonios es eso que llevas colgando de la oreja mientras cantas. Así pues, les presento al amigo de los músicos actuales: EL PINGANILLO.

Y remarco lo de ACTUALES porque hace años -y más para aquellos que venimos del rock más duro-, el uso de este aparato era algo testimonial: solíamos tener delante -en el suelo- una especie de altavoz -monitor para los amigos- donde los cantantes -y los músicos en general- podíamos pedirle al técnico de monitoraje- o en su defecto, directamente al técnico de sonido- que nos pasará nuestra voz, la guitarra, etc, para tener una referencia sonora válida sobre el escenario para afinar o seguir la canción e intentar acabarla todos a una, cosa altamente deseable, claro XDDD

Y es que la gente que no se dedica a pisar los escenarios no es consciente, la mayoría de veces, que lo que escuchan ellos delante de las P.A.s -los altavoces grandotes de la parte delantera del escenario, vamos- no tiene nada que ver con lo que escuchamos nosotros sobre las tablas; dependiendo de la reverberación del  local y del volumen que tengan los músicos en sus altavoces -los hay con cierta tendencia en poner sus amplis al 11-, la pelota acústica que se puede formar arriba es terrible, con lo que muchas veces ya no es que no te oigas lo suficientemente bien para cantar de forma relajada, sino que más veces de las deseadas eres absolutamente incapaz de conseguir afinar, por no escuchar ninguna referencia melódica clara.

Así pues, estos auriculares que llevamos en las orejas sustituyen a esos monitores que antes estaban en el suelo: por ellos, escuchamos los instrumentos que previamente le hayamos pedido a los técnicos de sonido, nuestra voz, etc. También se pueden comunicar contigo desde la mesa de sonido para informarte de alguna cosa importante en medio de la actuación, aunque no es algo que suceda a menudo -lo de que suenen voces en tu cabeza durante un bolo es más bien cosa de personajes como Ozzy Osbourne y acólitos XDDD

Hay cantantes que se ponen los dos pinganillos a la vez -uno en cada oreja, se entiende-; otros, como yo, sólo uno -el derecho, por cierto; ya sabéis los que me conocéis que soy un poco neuras y con los dos me siento demasiado aislado de la realidad para hacer bien mi trabajo. Los hay que llevan moldes hechos a medida para su canal auditivo; otros tiramos con los modelos estándard -los he probado a medida y, en mi caso, no me gusta la sensación. Eso sí: si el volumen del escenario -o el que te llega de rebote desde las P.A.s  y los sub-graves es excesivo, tanto con los monitores tradicionales como con los "modernos" pinganillos pueden acabar con las orejas temblando. Y quizás más con estos últimos, pues te envía el sonido más profundamente al interior de tus orejas. Ganarte la vida sobre los escenarios es algo maravilloso, pero tu oído puede que no disfrute tanto con ello y, al cabo de unos años, tu otorrino no tarda en darte alguna que otra mala noticia. Cada trabajo tiene sus pros y sus contras, tampoco hay que hacer un drama de ello.

Para ir terminando y a modo de resumen: estos auriculares sirven, al igual que los altavoces tradicionales -monitores-, para escuchar la música sobre el escenario, pues nada tiene que ver lo que se oye abajo con lo de arriba, que a veces es un auténtico caos. Así que ya sabéis: la próxima vez que escuchéis a un cantante desafinar como un gato en celo, preguntaros si no será culpa de que el pobre no oye una mierda desde su posición. O igual es que, después de estar cantando durante horas, su voz o sus oídos se muestran totalmente incapaces de hacer su trabajo de forma correcta, pues todo tiene un límite y, los que nos dedicamos a ganarnos la vida sobre los escenarios, más de una vez, nos vemos obligados a traspasar nuestros límites y pringar de mala manera.

Eso sí: que nadie me quite este trabajo, porque no lo cambiaría ni por ser ministro. Larga vida al rock'n'roll, a la música en general y, sobretodo, a la música en directo. Y mirad con buenos ojos a l@s cantantes de orquesta porque, en este mundo actual de "autotunes" y playbacks descarados en televisión, much@s de nosotr@s nos dejamos la salud sobre los escenarios para ofreceros cada día la mejor actuación posible, mientras que otros con más fama y nombre se dedican  a cantar lo justo y a vivir de la sopa boba.
Abrazote y a disfrutar, amig@sssss !!! ;-)

P.D. Y que conste que hay famosos y famosetes que se lo hacen de puta madre, pero no es menos verdad que otros viven del cuento de forma descarada, pues el arte es algo tan subjetivo que permite que cada uno tenga su opinión. Y las opiniones se compran, no lo olvidéis. Ésta es sólo la mía, que conste; si alguien la quiere comprar, estoy abierto a ofertas, que ya tengo edad para venderme XDDD