viernes, 15 de mayo de 2020

REVIVIENDO UN TEMILLA



Algún día tengo que explicaros la historia de cómo un adolescente que escuchaba Phil Collins y los A-ha acabó, de la noche a la mañana, cantando en grupos de heavy metal y actualmente se gana -o más bien se ganaba, que con el COVID-19 ya ni se sabe- la vida como cantante en una orquesta, en uno de esos giros de guión sorprendente que tienen nuestras vidas.
Pero como decía Aragorn: "Hoy no será ese día" :-P

En cambio, adelantaré sólo un poco los acontecimientos y me situaré en la creación de mi primera banda oficial, aquella que me subió a los escenarios por primera vez: LA KERA. Yo debería rondar los 15 o 16 allá por el año 91. Sí, ya sé que, matemáticamente, lo podría calcular de forma exacta, pero para mí la edad siempre ha sido un dato sin importancia; y como más viejo me hago, menos importante me parece. No sé por que ;-)

Echemos otro tramo hacia adelante en el tiempo -otro día os explico la historia entera, que es bien curiosa- y centrémonos en el día en que sacamos nuestra primera -y única- maqueta: en ésta había un tema que fue de los primeros que compuse con voz -antes había escrito alguna cosa instrumental con el teclado, sin ningún objetivo en mente-, un tema que a mí personalmente me gustaba, pero que como podéis comprobar, no me hizo famoso XDDD

Pero hagamos una pequeña pausa antes de seguir para explicaros la forma en que mi mente trabaja: yo soy una persona inquieta a la que le gusta todo y que quiere -más bien NECESITA- hacer de todo y, a poder ser, YA MISMO. Ah, se me olvidaba: y hacerlo lo más PERFECTO posible, claro. Y la puta perfección no existe, señor@s. Eso me lleva a tener mil proyectos empezados y casi ninguno terminado. Uno de ellos fue una idea que gesté, hace ya algunos años, sobre rehacer completamente esta maqueta de mi primera banda, yo solito en casa y con los medios tecnológicos actuales, que nos permiten hacer cosas impensables unos años atrás, cuando lo de grabar un tema de forma medianamente aceptable estaba al alcance de unos pocos.

Naturalmente el sonido está lejos de ser PERFECTO -lejísimos, en verdad-, porque a no ser que seas alguien con especial maña innata para las mezclas -y éste tema ni siquiera lo he mezclado- o hayas estudiado el oficio, difícilmente conseguirás un sonido que deje satisfecho al mundo. Eso sin contar que la batería y el bajo son digitales, que mi guitarra tira con distorsión también virtual y que el micrófono que dispongo para grabar valía 60 euros hace unos añitos -ahora seguro lo regalan con el Cola-Cao. Por eso y hasta que pueda grabar este tema de nuevo con músicos profesionales y un buen técnico detrás, este proyecto volverá a quedar congelado durante un tiempo más en mi cajón de siempre. Pero estoy contento, porque he adelantado la cosa de forma sorprendente, conociéndome como me conozco.

Eso sí: con lo que os cuelgo hoy aquí, creo que podréis escuchar y haceros un idea aproximada de qué es lo que tenía en mente. Y espero que, en un futuro no muy lejano, pueda darle el empujón definitivo para terminarlo por completo.
Nada más por ahora: escuchad este tema y espero que os guste, amig@s ;-)

P.D. Una anécdota curiosa: cuando escuchó por primera vez mi hermana el original, que por aquel entonces debería tener unos 7 años, estuvo un tiempo de morros conmigo porque ella no salía nombrada en la canción. Por más que intenté explicarle que no estaba hablando -por razones obvias- de nuestra familia en concreto y que las cosas que decía en la canción eran malas, no hubo manera. Y ayer cuando lo grababa en la habitación, cruzaba los dedos para que mis hijos -también de 7 años-  no escucharan la frase "la meva mare s'ha prostituït" y tener que verme con el pastel de explicarles su significado. Y es que la cuarentena y la intimidad no se llevan bien en un piso pequeño :-P