jueves, 2 de agosto de 2018

CAMERI-NO... CAMERI-SÍ :-P


Duermes tus poquitas horas reglamentarias -muy pocas, casi siempre- de una noche-mañana de verano cualquiera, te echas al levantarte una ducha fría para intentar volver a parecer una persona normal, desayunas-almuerzas-meriendas -dependiendo de la hora- alguna cosilla aunque no tengas mucha hambre -pues sabes que hay que meterle algo al estómago, aunque se resista-, te subes a la furgoneta de camino al próximo bolo, echándote a la espalda unos centenares de kilómetros más que ni el cuerpo ni la mente agradecen especialmente y cuando llegas a la plaza-polideportivo-local que te indica el GPS y hablas con un responsable...  TE LLEVA A UNOS CAMERINOS DE PUTA MADRE CON BAÑO, DUCHA, ESPEJOS, AIRE ACONDICIONADO, NEVERA CON AGUA FRÍA Y ESPACIO-COLGADORES PARA DEJAR LAS MALETAS Y LOS TRAJES.

Tu cuerpo parece revivir: te salen nuevas fuerzas de no sabes muy bien dónde, tu mente empieza a procesar los pensamientos de forma correcta, tu moral pega un subidón que te convierte en el rey del mambo y piensas, de repente, que tu vida es maravillosa, mientras te preparas para darle a esa gente tu mejor actuación posible. Y es que gozar de unos buenos camerinos no es cosa de poca importancia, gente que programáis conciertos. Muchas veces es la gotita de gasolina extra que nos permite poner nuestra máquina a 120 en vez de llegar sólo hasta los 100 -no por falta de ganas, sino por imposibilidad física-mental. Es como irse uno a correr escuchando una tertulia sobre política... o bien el "Eye of the Tiger" de los Survivor: no hay color. Y eso repercute en las Fiestas, pues las orquestas-grupos dan lo mejor de ellos mismos, se sienten fuertes y con energía para dar unos cuantos bises y afrontar temas complicadillos. Y el público disfruta mucho más.

Los que nos dedicamos a full-time a este maravilloso mundo de la música en directo vemos muy poco a nuestras queridas familias, a veces nos toca dar conciertos a pleno sol -con americana y pajarita amarrada al cuello-, comemos de forma poco recomendable, dormimos muy pocas horas, hacemos miles de kilómetros, aguantamos a algún que otr@ cafre durante -y después- de las actuaciones, actuamos aunque estemos tristes, resfriados o simplemente totalmente agotados.
El simple hecho de tener un lugar decente para cambiarte y pasar las horas muertas entre pase y pase lo cambia todo, de verdad. Porque los músicos no somos simplemente aquellas personitas que salen unas horillas a un escenario y parecen pasárselo siempre de puta madre: también somos aquell@s que han salido muy pronto de sus casas -o directamente del hotel o los locales- y tienen un día y una noche muuuuuuuuuuuuy largos y de muchas privaciones.

Que entre tod@s, músicos, técnicos y organizadores, hagamos de las Fiestas las mejores posibles, para que el público -el auténtico protagonista y la verdadera razón de ser de todo esto- disfrute como nunca y se vaya a dormir con una cara de felicidad plena, deseando ya que lleguen las Fiestas del próximo año para volver a disfrutar, todos juntos, de este maravilloso enfermo crónico que se resiste a morir que es la música tocada en directo.

Un abrazote y mucha música, amig@s !!! :-)

P.D. Disculpad por el título del post: los que me conocen bien, saben que tengo un humor bastante "especial" y a mis casi 44 años no creo yo que vaya a cambiar. Se me ha de querer tal como soy XDDD



domingo, 29 de abril de 2018

LA CANCIÓN MALDITA

Y no, amig@s, no me refiero a la canción del verano con la que cada año nos dan la brasa, ni con la de €urovisión, donde a veces se envían cosas con menos posibilidades de triunfar que un disco de jazz hecho por un reguetonero. Ni siquiera a la del anuncio anual de una conocida marca de cerveza, que unas veces consiguen colarla dentro de nuestro cerebro y que no paremos de tararearla... y otras pasa sin pena ni gloria, como un aullido en el desierto.

Estoy hablando de ESA canción que se nos resiste, sea porque el estilo musical no está dentro de nuestra zona de confort, porque la técnica necesaria para interpretarla no la dominamos en demasía... o porque la falta de confianza en un@ mism@ hace que los nervios nos impidan llegar al nivel al que estamos acostumbrados.

Como ya he dicho otras veces, los cantantes somos unos auténticos neuras. Algunos más que otros. Yo estaría, sin duda alguna, dentro de los "MÁS QUE OTROS". Siempre he tenido que luchar contra mi falta de confianza, que me impedía hacer en directo lo que me resultaba fácil en la soledad de mi habitación. Por no hablar de las primeras veces que me metieron en la pecera de un estudio de grabación. Aún tengo pesadillas por las noches recordándolo XDDD

Hace ya algunos años -unos ocho, diría yo- estaba de gira con la "Tándem" por algún pueblo perdido quién sabe dónde. En aquel entonces, uno de los temas que me tocaba cantar era el "Valió la pena" del genial Marc Anthony. Estuve toda la temporada anterior cantándolo al tono original sin ningún tipo de problema. Es más: diría que iba bastante sobrado, pues venía de cantar cosas más complicadas y altas en las bandas de heavy metal donde había estado hasta entonces.


Pues de repente y sin previo aviso, empecé a tener problemas con los agudos del tema, con el control del aire, etc. Quizá fuese por algún resfriado mal curado que me restaba fuerza, por el esfuerzo vocal de los días anteriores que algunas veces pasa factura o porque esa mañana me levantase con el pie izquierdo, pero a partir de ese día tuve serios problemas para volver a cantar ese tema de forma satisfactoria para mí. Y así estuve unas cuantas semanas, pues cuando pierdo la confianza en mi voz... Al final de la temporada y como por arte de "magia", ya podía volver a cantarlo sin ningún problema, pero entonces fue uno de los que se cayó del repertorio, pues ya llevaba tiempo sonando y había pasado su época, por así decirlo.

Y así con algunas otras canciones que se me atragantan y me cuesta sudor y lágrimas salir del arenal donde me meto. Pero seguimos adelante, dedicándome a ese bonito arte de ganarte la vida con lo que te gusta, cantando en exceso, durmiendo poco, comiendo a deshoras y resistiendo en esta forma de vida totalmente desaconsejable pero que a mí me hace tocar el cielo.

viernes, 12 de enero de 2018

ENSAYANDO DURO -ROCK DURO, CROQUETAMENTE XDDD


Como cada año y una vez terminada la temporada con la orquesta Nova Saturno, toca volver a ponerse en forma, pues en breve volveremos a las andadas con un montonazo de bolos y es mejor llegar a la línea de salida con la voz en forma. Y más teniendo en cuenta que este año, al parecer, aumentaremos considerablemente esa cifra de actuaciones. Y que dure, claro, que este trabajo es un sueño hecho realidad :-)

Y es que después de un 2017 con 107 actuaciones de una media de 5 horas sobre el escenario -a veces 6 y 7, por suerte las menos-, cantando desde "La Traviata" a "Smells Like Teen Spirit", pasando por "Delilah" y "Uptown Funk", los músculos encargados de que todo esto funcione están para el arrastre, algo normal si tenemos en cuenta la carga de trabajo que han soportado día tras día.
En mi caso, viniendo como vengo del heavy metal y aunque cante de todo durante las actuaciones, también me tocan los temas más durillos hacia el final del bolo cuando, para qué nos vamos a engañar, ya no está uno en sus mejores condiciones. Todo esto hace que al terminar el año uno tenga primero que descansar... y luego volver a recuperar esos tonos que se han quedado por el camino debido al agotamiento, cosa totalmente normal.

Muchos cantantes jevilongos estamos ligeramente obsesionados con las notas altas, debido a crecer escuchando a cabritillos como Michael Kiske, Bruce Dickinson, Ronnie James DIO y otras criaturas fantásticas cuya voz algunos queremos imitar o, como mínimo, llegar a sus tonos. Así que, cuando acaba la temporada orquestil, dedico mis solitarios entrenos a recuperar esos tonos que he perdido debido a la falta de práctica, pues en el repertorio de la orquesta no abundan -por suerte y lógicamente- esas notas tan altas, difíciles o directamente imposibles de mantener durante una campaña de verano.
Por ahora he logrado defender en buenas condiciones el Do alto y atacar ligeramente al Re, aunque sólo arañándole un poco la piel. Mi objetivo sería lograr algún Mi digno dentro de un tiempo prudencial, aunque fuera fugaz. Pero tampoco pienso obsesionarme con ello pues, como ya he comentado, son notas que no es necesario afrontar en mi día a día.


Eso sí: soy de la opinión que si quieres que tu trabajo sea un poco más fácil durante este año que comienza, en los ensayos arriesga al máximo e intenta subir algún tono, aunque no lo necesites; siempre será más fácil cantar un Si en condiciones durante la temporada fuerte si antes has llegado al Re durante los ensayos.
En fin, que aquí concluyo estas paranoias de cantante -muchos somos bichos rarísimos- y me despido de vosotr@s hasta la próxima publicación con el vídeo de arriba, donde la nota más alta "sólo" es un Si y ya cuesta lo suyo no gallear XDDD
Un abrazote y que nunca nos falte la música ni los escenarios, amig@s !!! ;-)

P.D. Para no variar, el vídeo lo he grabado hacia el final del ensayo, cuando ya llevo horas dándole y he perdido algo de fuerza en la voz. Aunque sería mucho peor grabarlo al principio, porque como siempre digo yo soy un cantante "diésel" y, hasta que no se me calienta la voz, crujo como una madera vieja. A ver si el próximo vídeo me acuerdo de grabarlo hacia la mitad XDDD